Alud de pesos
El mismo día que el FMI avisó que se cumplieron las metas del primer trimestre, puso fecha al desembolso de USD4.000 millones, dio a entender las metas son anuales y que podría haber desvíos trimestrales (implicando que las próximas dos revisiones serían también aprobadas y que el problema pasa recién para marzo de 2023 cuando se revisa el cierre del año), el mercado de pesos implosionó.
Lo que venimos mencionando como “riesgo de transición” se anticipó aunque el origen no estuvo en jugadores privados sacando los pies del plato, sino paradójicamente en un “error de cálculo” de la política fiscal/financiera del gobierno. Lo que arrancó como un retiro puntual de la liquidez invertida en los Fondos Pellegrini (Banco Nación) de empresas públicas energéticas se generalizó a muchas empresas privadas y dio inicio a una nueva corrida que arrancó para evitar pérdidas en pesos pero empezó a contagiar el mercado del dólar marginal.
En términos de tasa, las LEDES cortas escalaron hasta el 77% de TNA mientras que los bonos CER pasaron de rendimientos negativos a tasas 18/20% en un contexto donde el miércoles el mercado se quedó sin compradores frente a la obligación de los Fondos de salir a desarmar cartera para atender a los rescates. La aparición del BCRA en las pantallas recién el jueves puso un tope en las tasas de corto plazo de las LEDES en 60% y redujo en cerca de 20 p.p. el rendimiento de la letra CER de más corto plazo a un costo estimado de $90 mil millones. El dólar CCL saltó a $217 con una brecha cambiaria que volvió al 80%.
Con un mercado de pesos que de momento se cerró, las dudas recaen sobre el futuro de una deuda de pesos del Tesoro de $10 billones (14% del PIB), de la cual $4,6 billones se encuentra en manos privadas (6,2% del PIB). En junio, los vencimientos pendientes se ubican en $605 mil millones, de los cuales $316 mil millones se encuentran en manos privadas. Desde julio hasta fin de año restan financiar $1,7 billones de pesos adicionales en manos de privados (2,2% del PIB) y un déficit de $1,6 billones adicional (2,1% del PIB), totalizando necesidades en pesos por 4,3% del PIB.
Lejos de entender que la corrida fue autogenerada, el Ministro acusó a la oposición de desestabilizar y avisó que lo que se estaba viendo era “un testeo de hasta donde estaban dispuestos a perder”. También volvió a avisar que “jamás vamos a defaultear la deuda en pesos”, por lo que, si no hay nuevos cambios de gabinete, probablemente veamos en las próximas semanas una combinación de mayores regulaciones a los bancos (un aumento en el límite de integración de encajes con bonos hoy en 5%) y una mayor emisión monetaria saltando las metas del acuerdo con el FMI. Esto combinado con un BCRA que sigue sin comprar dólares y el mensaje de la Vicepresidenta respecto a poner fin al deporte nacional de vaciar al BCRA, que seguramente va a impulsar una mayor demanda de brecha y cobertura de dólar oficial. Mayor o menor dependiendo de cómo los bancos manejen su hoja de balance frente a la señal de desarme de los bonos del Tesoro. Demasiado temprano para semejante corrección.
Mientras se desmoronaba la deuda en pesos, el BCRA siguió con dificultades para poder comprar divisas en el MULC. Tras las ventas de fin de mes, el BCRA compró apenas USD25 millones en lo que va del mes frente a una liquidación del CIARA CEC estimada en USD1.143 millones.
Por lo pronto, corregimos hacia arriba el dólar marginal a fin de año y la tasa de inflación, aunque ciertamente la bruma, el barro que quedó tras el alud y el “intercambio de lapiceras para que los funcionarios funcionen” no permite ver más allá de las próximas semanas.
Internacional
En consonancia con plano local, las caídas abruptas en los precios de los activos, así como también la volatilidad se hicieron presentes en Wall Street en la jornada a diferencia de lo ocurrido previo en la semana. En tanto el mercado esperaba una desaceleración en el ritmo de suba de los precios para la economía estadounidense en el mes de mayo, situación que no se convalidó en los hechos y la inflación tocó 8,6%. La tasa a 10 años se sostiene en la zona del 3% y el dollar index por encima de 100 y está a menos de dos semanas de alcanzar la mayor cantidad de días consecutivos por encima de dicho umbral desde 2002.
Esta semana el foco de atención se volcó por el momento sobre el viejo continente. El Banco Central Europeo se encamina a una suba de tasas, que sería de 25 puntos básicos (bps) en la reunión de julio. La autoridad monetaria anticipa que será apropiada una trayectoria gradual pero sostenida de nuevos aumentos de las tasas de interés. Hoy el mercado prevé una suba de 150 bps antes del cierre del año.
El precio del crudo permanece por encima de los USD120 el barril tanto para el WTI como el Brent, ubicándose así en máximos de los últimos dos meses. En otro plano, el trigo también vio importantes subas esta semana luego de que retornaran los ataques militares en la capital ucraniana después de un mes sin bombardeos. La situación posiciona a los futuros de julio nuevamente por encima de los USD400 la tonelada, al mismo tiempo que a medida que aumenta el plazo los futuros muestran incrementos mayores en relación con una semana atrás.
“Me parece muy importante fortalecer el mercado deuda pública en pesos; debe ser una tarea en la cual se actúe como política, de que sea una política de estado no solamente una política de gobierno porque el crédito público en nuestra moneda también es un pilar de la construcción de un estado-nación. Un estado-nación necesita una moneda más fuerte y necesita crédito propio más fuerte.[…] Este es un camino en el que hay un absoluto compromiso y a la Argentina le hará bien que el compromiso vaya más allá del gobierno, que sea un compromiso de todas las fuerzas políticas”
Martín Guzmán en AEA
Alud de pesos
A pesar del “compromiso” del Ministro con la curva de pesos y de que nadie esperaba que el “riesgo de transición” que venimos mencionando y que ahora denuncia explícitamente Guzmán se concrete ahora, el mercado de pesos implosionó el miércoles.
El derrumbe de las cotizaciones arrancó con un desarme de los fondos Pellegrini (Banco Nación) atribuidos paradójicamente a las empresas públicas de energía (CAMMESA y ENARSA) para financiar la compra de barcos de GNL y combustibles. Lo patológico es que estos fondos habrían estado originados en el sobrefondeo que les dio el Tesoro a fines de 2021 con AT del BCRA para ampliar el déficit el año pasado y reducir el déficit las necesidades de pesos en 2022 cuando el país iba a estar enmarcado en el acuerdo con el FMI.
Haber colocado esta liquidez en fondos comunes de inversión fue funcional al roll over del Tesoro y a la multiplicación de los pesos dado el fenomenal carry detrás de una inflación que escaló al 6% promedio mensual. Pero fue literalmente un tiro en el pie al momento de necesitar usar la liquidez invertida. Lo que arrancó como un retiro puntual se generalizó a muchas empresas privadas y dio inicio a una nueva corrida que arrancó para evitar pérdidas en pesos, empezó a contagiar el mercado del dólar marginal.
Parecido a lo ocurrido con las LEBACs en abril de 2018 cuando los fondos invertidos en ese instrumento que vencían en apenas días tenían que reventar los precios para hacer frente a los rescates, el miércoles los bonos en pesos de golpe no encontraron compradores. La intervención del BCRA recién apareció un día después y ya llevaría $90.000 millones en un intento de limitar el riesgo sistémico detrás de la “autodestrucción” del mercado de pesos coordinada por el desmanejo de la liquidez del Tesoro y de Finanzas.