Pasó el primer frente de tormenta
Tras la tormenta provocada por la implosión del mercado de deuda en pesos el 8 de junio, el endurecimiento del cepo a la importación de los últimos días de junio y la renuncia de Guzmán (2 de julio), en la primera semana con equipo completo, la ministra Batakis avanzó con una serie de anuncios que convalidan lo que dijimos en un principio: su nombramiento no representa un giro a la izquierda y refleja, al menos por ahora, una tregua entre el Presidente, la Vicepresidenta y el propio Massa.
La retórica de la Ministra en su primera presentación indicó un camino fiscalista, marcando la voluntad de continuar con el programa acordado con el FMI. En principio sostiene un aumento del gasto (calculado con una inflación en torno al 58%) que iría por debajo de los ingresos calculados con una inflación que va a terminar en torno a 90%. El tema será ver como se manejan las futuras demandas.
Por otro lado, anunció una mayor disponibilidad de fuentes financieras, al indicar que unificará las cuentas del Tesoro con aquellas de las empresas públicas. Con esto intenta apropiarse de $600.000 millones, que ayudarían en un contexto donde el mercado de deuda privada sigue limitado (y a una tasa efectiva de 79%). Esto puede ser un páramo frente a arcas exhaustas y disponibilidad de adelantos transitorios sumamente limitado.
En el medio de la corrida, el BCRA siguió “suturando” para detener la sangría en el mercado de deuda y neutralizar el efecto expansivo de los pesos. Volvió a capturar liquidez en el mercado a través de las Leliqs, lo cual contribuyó a una mayor estabilidad del mercado de dinero. Así, el BCRA logró absorber la mayor parte de lo emitido por la compra de deuda con pasivos remunerados, mientras que la base monetaria se habría expandido por la asistencia al Tesoro y el pago de los intereses de las Leliqs. No obstante, la suba de la base monetaria en lo que va del año alcanza a 18%, la mitad del avance de los precios.
A la par de ello, el BCRA intenta reducir la volatilidad del mercado de deuda en pesos y busca elevar su interés de compra. Por un lado, instrumentó un seguro (put) para las entidades financieras ante la volatilidad de los precios de los nuevos papeles de deuda del Tesoro que vence a fines de 2023. En rigor el put apunta a instrumentar legalmente, lo que el BCRA ya les avisó les daría gratis a partir del mensaje de que va a sostener los precios de los bonos comprando “lo que haga falta”.
Por otro lado, indicó el seguimiento de una nueva política monetaria donde empieza a incluir en su evaluación la tasa de interés de corto plazo del Tesoro. Con esto intenta darle un marco a las intervenciones en el mercado de deuda e indicó que la tasa de los bonos será superior a la de las Leliqs y ésta a la de pases, intentando hacerlas más atractivas. En ese marco, elevó en 600 pbs. la “tasa mínima” de pases hasta una TNA de 46,5% (TEA 59,2%) y mantuvo estable en 52% la Leliq (TEA 66,5%). Todo ello le permitiría alcanzar tasas reales positivas para los inversores del Tesoro (TEA de 79% en la última licitación), pero no todavía para los depositantes.
En materia de divisas, la semana siguió con fuertes presiones, debiendo hacer pagos de energía por más de USD260 millones, aunque el Banco Central pudo volver a hacerse de casi USD100 millones en los primeros cuatro días de la semana.
Además, se realizó el primer pago de amortizaciones al FMI por USD1.286 millones y restaría un nuevo pago por USD681 millones el 29 de julio. Ambos pagos se harían con los mismos DEGs que entraron en el último desembolso del organismo. Además desembolsó al exterior otros USD426 millones por el pago de intereses de los bonos globales.
Luego de un tiempo sin regulaciones cambiarias, esta semana se anunció un aumento de 10 p.p. en la percepción a cuenta del impuesto de Ganancias y Bienes Personales sobre el consumo de divisas para viajes y otros gastos en el exterior. De esta manera, el diferencial pasa de 35% a 45% que se suma al Impuesto PAIS que se mantiene en 30%. No obstante, este nuevo cambio implementado no aplica para la compra de divisas para atesoramiento.
La brecha cambiaria cierra la semana en torno al 131%, algo abajo del pico de 137% que tocó el miércoles pasado en medio de los rumores de renuncia del presidente y cuando el BCRA todavía no había empezado a absorber los pesos que había emitido para comprar los bonos del Tesoro. En paralelo, el BCRA aceleró el ritmo de devaluación a 5,3% mensualizado en la semana.
Internacional
Jumbo rate hike? Luego de que la inflación anual alcanzara un 9,1% el mercado comenzó a sopesar la posibilidad que la Reserva Federal avanzara con una suba de 100 bps en la tasa de referencia en su próxima reunión. Esto no hizo más que alimentar las expectativas de una recesión en puerta. El spread entre los rendimientos de los bonos del Tesoro Americano a 2 y 10 años alcanzó su nivel más extremo -mayor inversión- en más de 20 años y los precios del crudo (tanto Brent como WTI) cotizaron esta semana por debajo de los 100 dólares el barril. En la carrera por el tightening más brusco del año, más de 30 bancos centrales avanzaron este año con subas de 100 bps de un tirón, la primera economía desarrollada en ir en esta dirección fue el Banco de Canadá. Quienes parecen mirar la carrera desde la tribuna son el Banco de Japón y el Banco Central Europeo y sus monedas lo demuestran. El yen acumula en el año una devaluación frente al dólar superior al 20% y el euro tocó su valor mínimo frente al billete estadounidense en 20 años, rompiendo brevemente con la paridad. En medio de todo esto las señales de alarma vuelven a encenderse en Italia luego de que su Primer Ministro, Mario Draghi, intentara (fallidamente) de renunciar.