MODO PÁNICO
Con el pasar de las semanas va quedando evidente que los cambios en el equipo económico han calmado los debates de gobierno, por lo menos en el entorno público, pero no han tenido efecto en la gestión. Si bien saben que el actual esquema económico sólo conduce a una pared si no se logra cambiar tanto la dinámica de los mercados de pesos y de dólares (más brecha, más inflación, menos actividad), desde la política todavía no se consigue unificar una respuesta, donde los silencios no implican una aceptación.
El mercado también está consciente de la situación y entró en modo pánico en la semana, tras un incremento de la demanda de cobertura y de acceso a los dólares financieros con la adición a la demanda de los importadores que anteriormente iban al MULC y que hoy no pueden acceder a un crédito para financiar sus compras. Así, la brecha saltó hasta el 160% en el caso de los dólares más libres (SENEBI y blue), superando los registros de las crisis previas. De este modo, el blue acumula una suba desde el inicio de la corrida contra el peso de 63% mientras que el incremento de la cotización de los dólares financieros se ubica en torno al 58%. En cambio, el tipo de cambio oficial, si bien aceleró el ritmo de depreciación hasta 5,8% mensualizado en la semana, sólo acumula un aumento de 6,8%.
Frente al salto, por ahora el BCRA decidió incorporar las tenencias de CEDEAR al límite de USD100.000 que pueden tener las empresas como activos líquidos para poder acceder al MULC. Esta medida limita la posibilidad que tenían las empresas de buscar cobertura con las acciones ligadas al dólar y en el corto plazo han provocado una baja de la cotización de los tipos de cambio financiero por la necesidad de las empresas de poder descargarse de los papeles excedentes en el plazo de un mes.
La búsqueda de cobertura también se traslada al mercado de futuros, donde el BCRA cada vez se encuentra más limitado en su accionar. En total el BCRA tiene cerca de USD7.500 millones en contratos, de los cuales aproximadamente USD5.000 millones están en la posición corta de julio. Estos valores se acercan peligrosamente al máximo acordado con el FMI de USD9.000 millones para fines de septiembre. Por lo pronto, el BCRA en el corto está poniendo una tasa baja en julio pero que ya se duplica y ya supera el 8% en los contratos de agosto y septiembre. ¿Devaluación en puerta? Por ahora el equipo económico no la quiere, pero los tiempos se le acortan.
Adicionalmente, en un contexto de escasez de divisas, el frente comercial lejos está de descomprimir la presión sobre las reservas. Con cifras récord para exportaciones e importaciones los datos de intercambio comercial arrojaron en junio señales preocupantes: hubo déficit comercial en el mes por primera vez en 18 meses (USD115 millones de dólares).
En la semana, con niveles de liquidación del agro en torno a los USD152 millones diarios (levemente por debajo de los USD171 millones de la semana previa), el BCRA tuvo que vender USD295 millones a los importadores. De este modo, el saldo en el MULC de la entidad es fuertemente deficitario en el mes alcanzando a los USD950 millones, con lo cual ya devolvió todo lo acumulado en el mes de junio tras la toma de préstamos y el virtual feriado cambiario para los importadores.
Con todo, las medidas implementadas hasta ahora sólo retrasan un desenlace no deseado y no se verifican cambios en la tendencia. Pero esto no sería eterno.
Internacional
El foco de atención esta semana estuvo en Europa donde el Banco Central Europeo subió finalmente su tasa de interés de referencia en 50 puntos básicos, el primer incremento en 11 años y el mayor desde el año 2000, para afrontar el repunte de la inflación mientras aumentan los riesgos de recesión – PMI compuesto de la Unión Europea cayó a 49,4 en julio desde 52 en junio, entrando en zona contractiva-. Los rendimientos de la deuda europea cayeron, con excepción de los italianos dada la incertidumbre política, frente a la expectativa de que la nueva herramienta anunciada por la autoridad monetaria permita comprimir los spreads entre la deuda de los soberanos.
Por el frente de los granos, Rusia y Ucrania finalmente firmaron un acuerdo (tras la mediación de Turquía y las Naciones Unidas) para retomar las exportaciones, principalmente de trigo y girasol, desde los puertos de Odesa, Chornomorsk y Pivdennyi. El futuro a septiembre del trigo se hundió 6,2% hasta los 278 dólares la tonelada.