Monitor Semanal #706

Reasignando subsidios

Esta semana se anunció el nuevo esquema de segmentación y aumentos de electricidad, agua y gas (o en la jerga política “redistribución de subsidios”). La medida implica la ruptura del status quo, luego de la férrea defensa a evitar subas que venía teniendo una parte del Gobierno de la cual dependía la Secretaría de Energía. Más allá de ser un proceso con serias falencias y errores, creemos que lo destacable es que es un inicio que rompe la inercia, tiene a priori poco impacto fiscal en 2022 dado lo escalonado de los aumentos y un impacto algo mayor en 2023 estimado con la poca información disponible en forma conjunta en menos 1 p.p. del PIB.

Todavía no se conoce la reglamentación, por lo que las estimaciones las hicimos en base a lo comunicado en la conferencia de prensa de esta semana. Tomando como referencia el salario promedio en pesos de los asalariados del sector privado, el impacto de las subas de los servicios públicos (incluyendo también transporte público) sobre el bolsillo alcanzaría a sólo 1 p.p., llevando la incidencia del 4,6% previo al 5,6%, lejos de los 12,2 p.p. que llegó a representar a fines de 2018 y de los casi 15% que representaban en la convertibilidad. Claro que el ejercicio esconde los promedios en los ingresos, pero fundamentalmente en el esquema de segmentación aplicado en la quita de subsidios.

En lo que hace a precios las subas van desde el 0% hasta el 152% en las boletas, según el servicio y la categorización de cada consumidor (que está clasificado por ingresos y por origen geográfico). Respecto al impacto, todavía falta información, pero bajo algunos supuestos, las subas de las tarifas podrían ubicarse entre 86,3% y 44% hasta inicios de 2023 y su impacto directo entre 2,3% y 1,7% en la inflación de los hogares. Con una inflación que supera el 100% anualizado en el margen, el impacto es muy bajo.

Por otro lado, frente al ahorro fiscal estimado de $20.000 millones del primer anuncio de segmentación de Guzmán, los números del nuevo anuncio más que lo duplican aunque siguen siendo insignificantes este año. Los funcionarios presentes en la conferencia del martes manifestaron que las medidas anunciadas en el frente energético reducirían los subsidios en $47.500 millones hasta fin de año.

Según nuestras estimaciones, con la poca información oficial hasta el momento, en el caso donde se reconsidera el caso de los no inscriptos el ahorro fiscal puede estar en torno a la cifra comunicada de manera oficial. Mientras que si efectivamente todos los no inscriptos pierden la totalidad del subsidios -en etapas- entonces el gasto en subsidios a la energía se puede reducir en lo que queda del año en casi $90.000 millones.

En la semana, el Banco Central volvió a comprar dólares -USD120 millones-. La liquidación repuntó levemente, con el comunicado el sector oleaginoso donde aclaran “que estrenaron las operaciones de cuentas especiales y corresponsales en dólares para prefinanciaciones y anticipos; y que planean seguir utilizándolas en un futuro”.

La brecha cambiaria volvió a escalar y frente al cierre de la semana pasada, el dólar MEP y el CCL, suben en promedio 5,2% hasta $293,5 y $301,8, respectivamente -equivalente a una brecha del 115,7% y del 121,8%, respectivamente-. Entre el martes y el miércoles, el BCRA amagó con desacelerar el ritmo del crawling a un ritmo por debajo del 5% mensualizado, pero hoy volvió a recomponer, acumulando en el mes un ritmo promedio de 5,5% TEM.

Internacional

Esta semana a hubo movimientos cruzados en ambos lados del pacifico.  El miércoles la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) publicó la minuta de su última reunión del comité de mercado en la que subió 75 puntos básicos (pbs) la tasa de referencia. El documento acompaña las expectativas del mercado, dejando claro que la institución está dispuesta a hacer lo necesario para dominar la inflación y alcanzar una estabilidad de precios alrededor de su meta de largo plazo, la cual proyecta en 2% anual. Aunque admiten que ese objetivo es aún lejano y que “hasta la fecha había pocos indicios de que las presiones inflacionarias estuvieran cediendo”. En el corto plazo señala que el reordenamiento de las cadenas globales de suministros y la normalización desde el lado de la oferta pueden ayudar a contener la suba de precios. Aunque se reconoce que es la demanda agregada la que jugaría un importante rol en reducir la inflación y de ahí el rol de la política monetaria. 

Del otro lado del pacifico, China se encuentra con una situación totalmente distinta a la de Estados Unidos. El gigante asiático ve una desaceleración en su actividad y para intentar reactivar la economía, el gobierno de china decidió ir por un camino de tasas de interés más bajas. El banco popular de china (PBOC) redujo en 10 pbs su tasa de préstamos a mediano plazo. Esta es una tasa utilizada en préstamos de hasta un año, la cual ahora se coloca en 2,85%. Al mismo tiempo redujo también su tasa de caución en un intento de aumentar la liquidez en el mercado. Todo esto suma a la especulación de que en la próxima semana el banco reduciría también su tasa más importante, la tasa preferencial de préstamos. Esta última es la tasa de referencia para préstamos a firmas y hogares, la cual es fundamental para el mercado de desarrollo inmobiliario chino. Uno de los sectores más importantes y afectados en el último tiempo, es fundamental lograr reactivar para el gobierno chino.