FIN DE AÑO A LAS CORRIDAS
Diciembre no viene tranquilo. Con varios frentes abiertos, el Tesoro tiene por delante varios desafíos por resolver. La cuenta de dólares alcanza justo para pagarle al Fondo este mes (después del desembolso que todavía no entró) y con el mercado de pesos casi cerrado es una incógnita como se va a financiar el déficit de diciembre -ya que casi no quedan depósitos en pesos del Tesoro-.
Si efectivamente el Tesoro termina recurriendo al financiamiento monetario del BCRA y esta emisión se suma a la que viene aportando la reimplementación del dólar soja y los intereses de las leliqs, el excedente de pesos liberados a la economía va a tensionar aún más sobre el mercado cambiario y el stock de pasivos remunerados.
Pensando en las metas trimestrales del acuerdo, la desaceleración en el ritmo de ejecución del gasto sumado a los Derechos de Exportación extraordinarios por el dólar Soja ayudan al cumplimiento de la meta fiscal. Además, la cancelación de deuda flotante en octubre también aumenta las probabilidades de llegar al 2,5% del PIB.
El Tesoro arranca diciembre con $90.000 millones en los depósitos y bajas probabilidades de conseguir los pesos en el mercado; parados a hoy pareciera que el Tesoro va a tener que vender los dólares que tiene en los depósitos -cerca de $400.000 millones- o va a tener que recurrir al Banco Central, donde hoy tiene un margen de hasta $870.000 millones, considerando el límite de fórmula, mucho mayor al que propone el acuerdo con el FMI.
Por su parte, el dólar Soja ya permitió sumar más de USD700 millones a las reservas, vale aclarar que parte del programa se superpuso con fin de noviembre, etapa de mayor demanda de divisas-. En paralelo, el excedente de pesos volcados por ese concepto tuvo su correlato en mayores pasivos remunerados (+$235.000 millones) y una suba en el dólar CCL de más de 5% que ya se ubica en la zona de $340.
La potencial baja en la inflación de noviembre alerta sobre la desaceleración en el crawling y una posible baja en la tasa de interés, lo que alimentó una fuerte caída en la curva de futuros y una subida en los dólares paralelos, respectivamente.
Por lo pronto, para diciembre esperamos más de $1,5 billones emitidos principalmente por las necesidades del Tesoro -ya sea por venta de divisas, Adelantos Transitorios u otros conceptos-, luego intereses de leliqs sobre un stock que roza los $10 billones y en tercer lugar, los más de $300.000 millones que aportaría la reimplementación del Dólar Soja. Sin embargo, parte sería absorbido por la demanda monetaria, debido a un aumento estacional por aguinaldo, vacaciones y fiestas.
Por último, se conocieron los datos de recaudación de noviembre que fue cerca de $2 billones, consistente con una caída del 3% en términos reales. La tracción vino por el lado de aquellos impuestos ligados a la actividad y a la seguridad social -por la reapertura de paritarias-, mientras que por detrás estuvieron aquellos relacionados con el comercio exterior -por el adelantamiento de exportaciones en septiembre y las expectativas de un nuevo dólar soja en diciembre-.
INTERNACIONAL
Esta semana la noticia del mercado americano estuvo relacionada con el desempeño del sector inmobiliario y los fondos que se basan en este tipo de activos. En los últimos meses ha habido una notable caída en el desempeño de los fondos públicos de bienes raíces, REITs por sus siglas en inglés, que se comercializan en el mercado americano. Estos son fondos públicos que invierten en propiedades y distribuyen sus ganancias a los tenedores de acciones. En lo que va del año el índice S&P que sigue a estos fondos muestra una caída de 25%, mientras que el S&P500 tuvo una caída más moderada de 17%. Este tema tomo relevancia a lo largo de la semana, luego de que uno de los fondos privados más grandes (BlackStone) decidiera limitar las extracciones de sus accionistas. Al igual que con la mayoría de los activos, la suba de tasas de la FED ha obligado a que la mayoría de sus activos suban su yield y por inversa que bajen sus precios. A pesar de que la FED de algunas señales de que este evaluando reducir el ritmo de aumento de la tasa, es probable que el tightening se mantenga algunos meses más y esto siga afectando al sector inmobiliario americano. Por otro lado, la alta expectativa de recesión en 2023 plantea otra dificultad para el mercado.