JUEGO DE GALLINAS CON EL FMI
Con pocos grados de libertad (léase reservas líquidas cercanas a cero y netas negativas en USD7.000 millones), el Gobierno y el FMI siguen negociando, intentando cerrar un waiver que destrabe el desembolso de USD4.000 millones antes del vencimiento por USD2.600 millones el próximo 31 de julio. Dados los tiempos del directorio, para evitar entrar en atrasos, el “acuerdo político” debería estar cerrado antes del próximo viernes.
Tomando nuestra estimación de liquidez en dólares, el Gobierno contaría con algo más de USD500 millones disponibles, a lo cual se le podría sumar un monto adicional de USD2.000 millones en el caso del alquiler (repo) de los Treasuries en cartera (contracara de los depósitos de SEDESA en el BCRA) y de USD1.600 millones de yuanes excedentes de la activación del primer tramo del swap con China. Eventualmente buscaría activar el segundo tramo de CNH35.000 millones (USD4.830 millones), que aún no está cerrado. Pero el uso de esta liquidez para pagar al FMI dejaría al BCRA sin herramientas para transitar los meses que restan de gestión. Sobre todo, teniendo en cuenta que hasta fin de año hay vencimientos con el FMI por casi USD9.000 millones.
La lógica de que a nadie le sirve entrar en atrasos sigue intacta, pero el riesgo de un evento antes de las PASO (que nosotros visualizábamos recién en septiembre), no es cero. La retórica electoral del Ministro y Candidato, incluyendo las operaciones de prensa de las últimas semanas (foto con el ministro de Egipto amenazando con un consorcio de deudores, filtrado de una carta del director chino al FMI respecto a la voluntad de China de poner a disposición del país los yuanes para cancelar la cuota al FMI, desmentida por el propio FMI, y esta semana el comentario de que el FMI estaba en contra de la construcción del Gasoducto), no ayudan. Tampoco, el filtrado de que los economistas de la oposición (a los que caricaturizó cómo Gomina, Tinturita y Caspa) están presionando al FMI para que el país entre en atrasos.
La dificultad para armar una historia frente a un desvío que alcanza a USD16.000 millones en lo que hace a la meta de reservas de junio, después de haber pagado hasta hoy USD2.100 millones adicionales a los pagos netos acordados en el programa producto de la demora en el desembolso de junio, escala. La mayor dificultad está en la determinación del FMI de que el BCRA deje de vender reservas baratas, y eso implica un salto del dólar y/o un encarecimiento de las importaciones por la vía impositiva que Massa no está dispuesto a convalidar. Sobre todo, después del dato de inflación de 6% en junio. Massa va a forzar el chicken game hasta el final, jugando a que el FMI prefiera evitar previsionar la deuda y seguir cobrando intereses sobre el programa.
Por lo pronto los miedos respecto a que la negociación fracase parecen haberse trasladado al tipo de cambio financiero, donde el blue trepó 6,1% ($522) mientras que los dólares CCL crecieron en torno a 4,2% ($540) y el MEP tan sólo 0,7% ($488). La brecha que venía en caída, vuelve a exhibir un empinamiento, aunque todavía por debajo de los máximos de abril pasado. Habrá que ver si no hay un nuevo testeo la semana siguiente en la medida que las fechas límites para lograr el acuerdo se acerquen.
En este contexto, si bien la menor inflación de junio en 6% mensual, debería traer mayor alivio (al correr a una TEA de 100%), el BCRA tuvo que sostener la tasa de política monetaria sin cambios (TEA 154%).
INTERNACIONAL
Las presiones sobre la inflación en Estados Unidos muestran signos más amplios de moderación, ya que tanto las tasas headline y core se situaron por debajo de las expectativas. No obstante, la Reserva Federal -y así lo pricea el mercado en los futuros- parece decidida a seguir adelante con una nueva alza de tasas en julio, pero la necesidad de un tightening adicional a partir de entonces se vuelve cuestionable.
La normalización de las cadenas de suministro, la estabilización de los precios de las materias primas y un cambio más amplio en la demanda de los consumidores hacia los servicios, en detrimento de los bienes, lleva a que también haya señales positivas a nivel precios mayoristas -alivio futuro sobre la inflación minorista-. El PPI de la demanda final fue de apenas 0,1% en el último año, el menor avance desde el 2020.
Los principales índices de Wall Street se encuentran en máximos de 15 meses; el rendimiento de los 2 Year Treasuries, que se mueve en función de las expectativas de tasas de interés, cayó a un mínimo del último mes en 4,59%, y el dollar index, alcanzó su punto más débil en 15 meses.