MÁS ESFUERZO FISCAL PARA HOY, ¿MÁS VOTOS PARA MAÑANA?
En la carrera electoral a octubre, Massa salió a buscar votos con nuevas medidas que, para sorpresa de nadie, fuerzan aún más un corto plazo que ya se encuentra desestabilizado.
Inmediatamente después de las PASO se hizo política fiscal expansiva con mayor gasto de nación; esta vez, con números más ajustados, se hizo política fiscal expansiva principalmente con menor recaudación (que también incluye a las provincias). Las nuevas medidas implican un esfuerzo fiscal por parte de nación de casi $600.000 millones, que sumado a las ya anunciadas el total asciende a $1,2 billones -0,65% del PIB-. El paquete total sería de 1,1% del PIB si incluimos las transferencias que realizan las provincias y el sector privado.
Por lo pronto, de agosto tenemos algunas pistas adicionales del panorama fiscal. Dado el resultado base caja de la Administración Nacional y proyectando un superávit de las empresas públicas y otros entes, el resultado fiscal base caja del Sector Público No Financiero estaría entre el equilibrio fiscal y un déficit de $50.000 millones para agosto.
Resulta extraño que no haya habido una cancelación de deuda flotante en un mes donde el Tesoro terminó con un colchón de pesos por $300.000 millones. Con la licitación extraordinaria a principios de septiembre, el excedente subió a $530.000 millones y con la licitación de esta semana, el colchón podría alcanzar los $800.000 millones dejando una buena base para financiar las políticas anunciadas. Esto quita presión en el corto plazo al Banco Central, que por el momento no urge prestar asistencia al Palacio de Hacienda.
Con toda esta información nueva, proyectamos para este año que el déficit primario del SPNF base caja se ubique en torno a los $5 billones, lo que equivale a 2,7% del PIB.
Por otro lado empezamos a analizar cómo se podría desarmar la madeja del mercado cambiario. Es muy factible que con la llegada de un nuevo gobierno, a diferencia de lo sucedido en 2015, el levantamiento del cepo sea más gradual o incluso con un enfoque distinto.
Ello se debe principalmente a que el punto de partida será peor al de 2015 (mayor endeudamiento con el sector privado, mayor endeudamiento comercial privado y pagos de dividendos pospuestos) y el contexto internacional tampoco será tan favorable.
Sin posibilidad de usar la cuenta capital, es factible que se deba sostener la restricción de acceso a la compra de divisas por parte de empresas y familiar y que la recomposición de las reservas internacionales sea por el acrecentamiento del flujo de bienes. La cancelación de la deuda comercial y giro de dividendos sería también a cuenta gotas.
Otra posibilidad, si es que se opta por desdoblar el mercado cambiario, sería permitir la cancelación de estas deudas mediante un tipo de cambio financiero libre. Nuevamente el problema es que la demanda podría ser demasiado elevada frente a una oferta que será limitada.
Finalmente, sin un plan de estabilización consistente que enmarque el salto en el tipo de cambio de forma de realinear las expectativas, la inflación se disparó en agosto y rompió la barrera de los dos dígitos, coordinando un nuevo salto de nivel en el índice. En agosto, el IPC mostró una variación del 12,4% acumulando en lo que va del año una suba del 80,2% (en línea con nuestra estimación del RPM, 80,9%), posicionándose como el registro más alto desde marzo de 1991.
Los próximos meses se perfilan complejos. Lejos de ceder, esperamos que la inflación se mantenga en torno a los dos dígitos, actuando como válvula de escape de un contexto macroeconómico donde la falta de reservas, el esquema de cepos, la deuda en pesos, el déficit y la brecha presionan sobre la sostenibilidad de un entramado que se vuelve cada vez más difícil de desarticular de forma ordenada y la incertidumbre del plano político se traslada de forma nociva al plano económico.
INTERNACIONAL
A pesar de un repunte de la inflación, con una aceleración del índice de precios al consumidor hasta el 3,7% anual en agosto y un aumento del 0,28% mensual del índice subyacente, es probable que la Reserva Federal de los Estados Unidos mantenga sin cambios las tasas de interés en su reunión de política monetaria de la próxima semana.
Del otro lado del Océano Atlántico el temor a no tener totalmente controlada la inflación y el riesgo de detener el ciclo de suba de tasas “demasiado pronto” deben de haber sido una preocupación mayor que el creciente riesgo de recesión en la eurozona, y de esta forma haber motivado al Banco Central Europeo a subir las tasas de interés por décima vez consecutiva desde el pasado mes de julio. Tras un total de 450 pbs de incrementos, las tasas del Banco Central Europeo se sitúan ahora en máximos históricos.