Sin certezas de cara al ballotage 🗳️🗳️🗳️
Con un resultado abierto el próximo 19 de noviembre, las a estrategias de cobertura de las empresas ya no buscan maximizar el rendimiento de las inversiones locales sino minimizar las pérdidas frente a una lectura binaria del mercado respecto al resultado y al manejo de los contratos en pesos en la próxima gestión frente a las propuestas de campaña que aparecen de salida del entuerto.
El poroteo de los votos que se quedan sin candidato frente al Ballotage y que deben elegir entre tres opciones (Massa, Milei o Blanco/Nulo o no vota) muestra un resultado de tercios imposible de asegurar una victoria de Massa o Milei ex ante. Sumado a esto el hecho de que los consensos armados en función de las encuestas en las dos elecciones previas fallaron por goleada, generando grandes pérdidas a los que tomaron la cobertura que indicaban.
A 15 días del ballotage, el mercado todavía no parece haber tomado consenso, tras el reacomodamiento de las fuerzas. En promedio hoy los valores de los bonos y acciones se encuentran entre los previos a la elección (gana Milei) y los del día posterior (mayores chances de Massa), dando cuenta de lo equilibrada e indefinida que se encuentra la votación hoy. Al menos para el mercado, que lleva un poco de todo ante la incertidumbre reinante.
Por lo pronto la debilidad de la economía sigue siendo elevada, tanto en el frente externo como en el de los precios. En la semana, las reservas netas retrocedieron hasta USD9.700 millones negativos tras el pago programado al FMI por USD2.600 millones. Resta todavía imputar el pago de los intereses del crédito del 1/11 que se realizaría en el fin de semana, y se registraría recién la semana que arranca. Por otra parte, el Banco Central continuó su racha compradora y en estos últimos cinco días se hizo de USD288 millones.
Los pagos de Siras siguen frenados, dando cuenta de la situación comprometida del Gobierno. La liquidez en divisas del BCRA según el balance ya se ubica en USD3.300 millones al 31/10, el número más bajo desde el pago previo al FMI. Tengamos en cuenta que este valor, que incluye aproximadamente un depósitos de USD3.000 millones en el BIS que no se pueden usar, por lo que la liquidez, incluyendo los yuanes activados disponibles, es casi inexistente.
Luego de la fuerte descompresión de la brecha cambiaria post elecciones, esta semana hubo una leve suba en la mayoría de las cotizaciones de los distintos dólares paralelos. Excepto por el dólar blue que cayó hasta $925, luego de haber cerrado en $970 el viernes pasado; el MEP y el CCL subieron hasta $844 (+3,1%) y $868 (+1,3%), respectivamente. La brecha con el CCL alcanza a 148%, luego de haber cerrado en 144% hace siete días atrás. Probablemente nuevamente se vaya a iniciar un proceso dolarizador, en la previa del ballotage.
Mientras tanto, los datos de recaudación de octubre se han visto afectados por las medidas fiscales electorales incluidas en el “plan platita” (suba del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias y el reintegro del IVA). La recaudación alcanzó a $4,5 billones, 7,2% menos que un año atrás, descontada la inflación.
En 2023 mantenemos la proyección de déficit primario en 2,9% del PIB -equivalente a $5,4 billones-. El “plan platita” compensó plenamente el “ahorro” que había generado la aceleración de la tasa de inflación sobre el gasto real en promedio. Para 2024, tomando en cuenta la mejora de ingresos y suponiendo que los egresos extraordinarios no se repiten, el déficit primario inercial se ubicaría en 2,1 p.p. del PIB. Frente a ello, para alcanzar el equilibrio fiscal, el próximo Gobierno deberá reducir el gasto fiscal algo más de 10% real, incrementar los ingresos fiscales en 12,5% adicional o una combinación de estas políticas.
Internacional
En una semana con mucha actividad para los bancos centrales alrededor del mundo consideramos que vale la pena detenerse en las decisiones de política monetaria del Banco de Japón y de la Reserva Federal de los Estados Unidos.
El Banco de Japón dio una nueva señal hacia la normalización de la controvertida política monetaria expansiva que llevó adelante durante buena parte de la última década. En primer lugar, el BOJ mantuvo la tasa de interés a corto plazo en -0,1% -siendo el único Banco Central de relevancia sistémica que sostiene tasas nominales negativas-mientras que también dejó sin cambios el rendimiento a largo plazo en 0% fijado en el marco del Control de la Curva de Rendimientos.
Por su parte, la Reserva Federal mantuvo intacta su tasa de política monetaria por segunda reunión consecutiva tal como se esperaba. La Federal Funds rate se mantiene en el rango 5,25%-5,5%, un máximo de 22 años. Si bien de acuerdo con las últimas proyecciones del Banco Central aún restaría una suba adicional en lo que queda del año, el propio Powell cuando fue consultado al respecto dijo que esas previsiones pierden vigencia con el correr del tiempo, lo que denotó un tono dovish.