Monitor Semanal #760

MANEJOS FINANCIEROS 

Todavía sin números claros en lo que hace a la programación económica de los flujos fiscales, monetarios y externos para este año, todavía el Gobierno sigue operando sobre las urgencias mientras la macro sigue un proceso de ajuste, tras el shock controlado.  

Con vencimientos por USD1.945 millones con el FMI y USD1.579 millones por intereses y capital con bonistas en enero, el Gobierno emitió una letra intransferible para poder cancelar las obligaciones del mes. La medida anticipa que no se prevé en el corto plazo recibir los desembolsos del FMI y que el flujo de dólares comprados desde la llegada al Gobierno (USD3.527 millones) serán destinados casi en su totalidad a la cancelación de la deuda.  

Esta situación da cuenta que las matemáticas externas son complicadas para el año. Como vimos en otras ocasiones, incluso con el refinanciamiento del capital por parte de organismos internacionales, el Gobierno deberá cancelar cerca de USD10.000 millones en el año y, por ahora y sosteniendo el actual esquema de liquidación 80% MLC/20% CCL, se contaría con un monto similar del actual esquema de pagos de las importaciones en cuotas y las liquidaciones de las exportaciones no liquidadas. O sea un balance equilibrado pero que para poder mejorar el balance del divisas del BCRA deberá provocar un incremento adicional de la caída de la demanda interna (¿nueva depreciación?) o al menos cambiar la forma de liquidación de las exportaciones.  

También está claro que por ahora la única solución a las empresas por la deuda comercial será la suscripción del BOPREAL. La deuda comercial habría crecido en noviembre en más de USD2.500 millones, llevando a la estimación del total a USD65.100 millones, USD29.000 millones por encima de los valores de inicios de 2022. 

Esta semana se realizó una nueva colocación del BOPREAL por VN USD57 millones, totalizando por ahora el stock los VN USD125 millones. Nuevamente los montos colocados fueron inferiores a los esperados, a pesar de que el BCRA le agregó nuevas condiciones favorables para impulsar su suscripción (nuevos montos de acceso al MLC por lo colocado y por la diferencia de cotización). Además informó que a partir de febrero lanzará los nuevos bonos de más corto plazo.  

Quizás hoy el factor que genera mayor incertidumbre en el mercado es su cotización y qué pérdida deberán aceptar. Por lo pronto sólo hubo posturas en el mercado entre USD60/70 pero no hubo negocios. A pesar del incremento de la brecha, que alcanzó al 40% en el caso del CCL, todavía las cotizaciones implican una pérdida entre 16% y 30%. 

En los hechos, el mercado observa que justamente parte del salto de los dólares financieros de la semana responde a la noción de los importadores de que será más fácil cancelar la deuda vía otros bonos que a través del instrumento ideado por el BCRA.  

Por otro lado, desde el manejo de los pesos en la semana hubo una reunión con los bancos, para intentar alargar los vencimientos mediante un canje de los bonos en pesos. De acuerdo a nuestras estimaciones la deuda que amortiza en 2024 es de $56,5 billones de pesos a precios de hoy, de los cuales $18 billones están en manos de privados (y cerca de la mitad en manos de los bancos). La deuda se canjearía por títulos indexados por CER con vencimientos entre 2025 y 2027.  

La medida apunta a reducir la presión de los pesos sobre el tipo de cambio y el roll over de la deuda mientras la tasa de interés real es negativa y ante la fuerte demanda de estos instrumentos por parte del mercado.  

Finalmente, en lo que hace a los precios de los alimentos, la primera semana de enero finalizó con una nueva suba de 3,1% semanal, similar a la última semana de diciembre. Con esta información, los precios de los alimentos dejan un arrastre de 13 p.p. para lo que resta del mes. De continuar con este ritmo, el incremento mensual se ubicaría en 23%, dando sustento a la desaceleración de los precios a pesar de la expectativa de un salto en regulados (combustibles -34%-, medicina prepaga -40%- y transporte -22% a partir del 15/1-). 

INTERNACIONAL 

La escalada en los ataques provenientes de los Houthi, un grupo simpatizante de Hamas localizado en Yemen y cercano a Irán, sobre buques comerciales que transitan por el Mar Rojo hacia el Canal de Suez obligan a reconfigurar nuevamente rutas del comercio mundial. Se trata de la última de una serie de interrupciones en las cadenas de globales de valor. También se produce justo cuando el mundo finalmente parecía estar dejando atrás los efectos derivados de las disrupciones producidas durante y luego de la pandemia. 

Esto supone una tormenta con múltiples frentes para el comercio mundial. Aumento diario de las tarifas de transporte, recargos adicionales, plazos de entrega más largos y la amenaza de que los productos dejen de estar disponibles en las fechas previstas, ya que las rutas más largas podrían suponer que los buques lleguen a China muy cerca del Año Nuevo chino, fijado para febrero, cuando cierran las fábricas.