Milei ansioso, Caputo cauto
En la semana hemos tenido varias novedades que modifican y reafirman el escenario económico de los próximos meses, que surgen de los mensajes y acciones realizadas por las autoridades económicas. Mientras tanto el riesgo país cerró en 745 pbs, tras haberse ubicado en los 720 pbs.
El primer mensaje lo pasó el Presidente. Indicó en varias entrevistas que si la inflación se sostiene en torno al 2,5% mensual por tres meses, algo que no ocurriría según nuestro RPM en noviembre que prevé un alza de 3% mensual , el crawling del tipo de cambio se reduciría al 1% mensual (inferior al 1,4% promedio estipulado en el Proyecto de Presupuesto 2025 -PP25) y de reducirse la inflación al 1,5% por el término de otros tres meses, el cepo sería levantado. El primer impacto de la medida fue una importante caída en los futuros, reduciendo la tasa forward mensual por debajo de 2% desde febrero próximo y una caída promedio de 0,7 p.p. en los próximos doce meses. La otra consecuencia es la expectativa de una menor inflación para 2025 (acompañando una menor depreciación), que se acercará a lo proyectado en el PP25, al menos hasta las elecciones.
Pero salieron Caputo y Bausili a poner paños fríos, al menos con lo respecta a la salida del cepo. A las condiciones de inflación para la salida, indicó que se le debería arreglar también encontrar una solución al problema de los stocks, siendo este los dividendos de las empresas al exterior y el stock negativo de reservas internacionales netas. Solamente se podría salir si se recibiera una inyección de reservas internacionales, que no fue especificada. La otra novedad política es la caída del avance del Proyecto de Presupuesto de 2025, que requeriría un período de sesiones extraordinarias para poder ser convertido en ley.
Otro dato para la economía fue el envío de los proyectos de reforma política al Congreso, incluyendo la eliminación de las PASO y cambios en la forma de financiar los partidos. Además de mostrar confianza en su músculo político, en términos económicos la eliminación de las PASO que otorgaría una mayor estabilidad a la economía al acortar el proceso electoral, donde históricamente hemos tenido mayor volatilidad.
Finalmente, el BCRA anunció cambios en las normas de la política de pagos de las importaciones y de la integración de efectivo mínimo. El cambio de la política de pagos, que permite anticiparlos con el uso de dólares propios o de empréstitos, muestra la confianza de las autoridades en el sistema, mientras que el BCRA en la semana ha logrado seguir comprando USD207 millones. Respecto a la integración de efectivo mínimo, el cambio permite tomar bonos cortos para cubrir la integración de los BONTE, que amortizaron capital por $850.000 millones.
Desde la macro, octubre finalizó con un superávit comercial devengado de USD888 millones y acumula en los primeros diez meses del año -todos ellos superavitarios- cerca de USD16.000 millones (el año finalizaría con un superávit de USD17.700 millones). El mes tuvo la primera suba en 20 meses de las importaciones (4,9% i.a.) mientras las exportaciones siguieron creciendo (+30% i.a.). En lo que refiere a las importaciones, la normativa que acortó los plazos para el pago, de 60 a 30 días, la reducción en septiembre de la alícuota del Impuesto PAÍS, bajas sectoriales de aranceles en un contexto de dólar atrasándose y la reactivación de la actividad económica implicaron que los niveles volvieran ya a ubicarse por encima de los USD6.000 millones mensuales.
Por otro lado, la actividad anotó una baja de 0,3% en septiembre según INDEC. Si bien el dato parece contrariar nuestra expectativa de elevado crecimiento en el mes (1,5% s.e. según el EsAE), la diferencia del comportamiento se explica principalmente por una corrección al alza del crecimiento de la serie del EMAE en los meses de julio y agosto pasado. Mientras que antes exhibían subas mensuales desestacionalizadas de 2,1% y 0,2%, hoy las mismas fueron corregidas a 2,7% y 0,9% respectivamente. Ello implicó que el crecimiento bimensual subió a 3,6% s.e. vs. el 2,3% s.e. de la serie previa.
Con esto, el tercer trimestre del año cierra con una suba desestacionalizado de 3,4% trimestral, y cae 2,6% en la comparación versus un año atrás. El arrastre para lo que resta de 2024 es negativo en 3,1%, mientras que para 2025 se ubica en 1,3%. Con esto, se requerirá un crecimiento trimestral desestacionalizado promedio del 1,5% para alcanzar el 5% en 2025.
Internacional
En el marco de una gradual reapertura de la economía nacional, aunque aun conviviendo con el cepo, al menos hasta las elecciones, vale la pena revisar el desempeño de las condiciones externas tanto en el margen como de cara al 2025.
En términos de crecimiento, el mundo exhibe un camino desigual, pero en general con menor crecimiento, dada las nuevas expectativas que surgen luego de la elección de Trump. El mayor proteccionismo probablemente imponga un peaje al crecimiento de la actividad y del comercio del resto del mundo, con su consecuente impacto sobre el sendero de baja de tasas, monedas y commodities. No obstante, tanto los términos de intercambio como el desempeño esperado de la industria brasileña son factores que funcionan de contrapeso y ubican al contexto internacional en una zona expansiva el próximo año.