Negociando contrarreloj

La saga de los holdouts continúa con la decisión del juez Griesa de llamar
a una audiencia para el próximo martes 22, en la que decidirá sobre las
presentaciones que se sucedieron durante sus vacaciones, entre otras el pedido
de los tenedores de títulos con legislación europea para que se liberen los
fondos correspondientes, hoy depositados en la cuenta del BoNY en el BCRA. Aunque
el tema no está incluido explícitamente en el llamado a audiencia, la
expectativa está puesta también en la reposición de la medida cautelar (stay)
para permitir que el país pueda cancelar el vencimiento de intereses de los
bonos Discount antes de la expiración de los 30 días de gracia posteriores al
incumplimiento del pago el próximo 30 de julio. Para que esto ocurra, los
fondos buitre deben solicitar la reposición de la cautelar, algo a lo que se
mostraron favorables en declaraciones periodísticas pero que todavía no
plasmaron por escrito ni trascendió que lo hayan mencionado ante el Special
Master Daniel Pollack.

Parados a hoy, la postura argentina ya movió todas sus fichas y espera la
reposición de la cautelar como paso necesario para sortear un default técnico y
evitar que se gatille la amenaza de la cláusula RUFO implícita en un acuerdo de
pago del fallo con bonos.

Las eventuales implicancias de esta claúsula constituyen hoy el principal
obstáculo para el avance en las negociaciones, dado que un cierre exitoso al
litigio requiere como condición sine qua non el diseño de un mecanismo que
minimice las chances de éxito de potenciales presentaciones que pudieran realizar
tenedores de bonos emitidos durante los canjes de 2005 y 2010. Esto es, que sea
el juez el que defina el modo de pago (“obligando” al país a pagar mediante
bonos o una combinación de bonos y efectivo que sea aceptable tanto para
Argentina como para los buitres), o bien que se busque la expiración de la RUFO
para recién allí rubricar un acuerdo vinculante. Esta última alternativa
evidentemente atrasa en el tiempo el impacto positivo de una resolución exitosa
y limita el upside para la política hasta el final del mandato.

A medida que pasen los días, el argumento de los incentivos alineados en
pos de un acuerdo favorable podría ir perdiendo peso a favor de la posibilidad
de un evento de crédito implícito en la imposibilidad de cobro de los bonos del
canje con legislación Nueva York. De hecho el Gobierno empezó a abrir el
paraguas argumentando que no habría un evento de default dado que Argentina
giró los fondos en tiempo y forma y es la justicia americana la que impide el
cobro.

Con los incentivos claros, la duda no parece ser si habrá o no arreglo con
los holdouts durante este Gobierno, sino si este último llegará lo
suficientemente rápido como para evitar un default técnico y por ende si
gatillará o no el cobro de los Seguros de Default (CDS) -algo que afecta
contratos entre privados-, y fundamentalmente si llegará a tiempo para que el
Gobierno cierre el punto pendiente de la agenda al crédito necesario para
conseguir algunos dólares por la cuenta capital que le permitan moderar la
recesión y la inflación utilizando algún atraso cambiario como estrategia de
corto plazo. En el mientras tanto, la euforia del mercado de los últimos días
se transformó en cautela con alguna toma de ganancias a la espera de noticias
positivas sobre el resultado de la mediación.