El aumento de la tensión política en Ucrania con el despliegue militar de Rusia en la zona de Crimea y los riesgos de escisión no pacífica luego de la votación del Parlamento y que por ahora han atado al resultado del referéndum del próximo domingo, agregaron tensión en mercados. Mercados, que venían mirando de lejos los eventos que ya llevan más de 20 días desde la renuncia del hasta entonces presidente de Ucrania Viktor Yanocovich, aliado directo de Moscú y que sólo habían mostrado fuertes correcciones en las zonas alcanzadas. A esto se sumaron datos magros del crecimiento de China, en particular cifras de exportaciones que dan cuenta de una caída interanual de 18% en febrero y un resultado negativo de la balanza comercial de US$23.000 millones en el mes. Si bien hay serias dudas sobre la consistencia y credibilidad de las estadísticas chinas, semejante freno puso una luz de alerta sobre las proyecciones de crecimiento de la economía de 7,5% acordadas por el Partido Comunista para el corriente año y generó un derrumbe en los precios de los commodities, en particular los ligados al nivel de actividad como el cobre que cayó 15% en sólo una semana (de US$7.500 a US$6.400), y en menor medida los agrícolas cuyos precios se sostienen altos (la soja en US$510) y del petróleo que se mantiene en la zona de US$98 el barril. Y también puso en alerta al propio Banco Central de Chino que en los últimos meses venía trabajando arduamente intentando desarmar la burbuja de crédito (actualmente en torno a 180% del PIB, 80% más que el que manejaba la economía antes de la crisis subprime) en forma ordenada, mientras la planificación apuntaba a intentar compensar con consumo doméstico la caída en la demanda externa. Seguramente ambos temas: China y Ucrania regirán la agenda de los mercados en las próximas semanas, en un año donde como venimos sosteniendo el crecimiento global va a venir más de la mano de las economías desarrolladas (EE.UU., Japón y bien por detrás Europa). Y en un mundo donde el retiro gradual de los estímulos monetarios por parte de la Reserva Federal de USA impacta con altibajos –dependiendo de las noticias- sobre la tasa libre de Riesgo, y por ende sobre el costo de fondeo a emergentes. De todos modos, como venimos sosteniendo, el proceso de suba en las tasas de interés en USA recién arranca y probablemente dure varios años hasta completarse. De momento el financiamiento a emergentes se encarece y modera el crecimiento, pero sin cisnes negros, no genera crisis financieras. |